4 de diciembre de 2011

Inspiración momentánea


Los auriculares reproducían música a mis oídos, que se estimulaban con cada nota de la canción. Nunca me había gustado demasiado ir por la calle con los auriculares puestos, sentía como si no formase parte de la calle y no me gustaba no poder oír lo que había a mi alrededor, pero desde hacía poco había tenido que aprender a evadirme de la realidad de alguna manera, así que escuchaba música a todo volumen por la calle. En ese momento, disfrutaba de los últimos acordes de mi canción favorita cuando divisé a mi mejor amiga al otro lado de la calle. La saludé con la mano y fui andando lentamente hacia ella. Cuando iba a medio camino, su novio salió de la tienda y me saludó, pero de una manera algo extraña: en vez de mover la mano, me señaló con el dedo con ojos asustados. Seguí hacia delante y mi amiga empezó a gritarme y a saltar y señalarme. No sabía lo que me decía, pues llevaba puestos los auriculares, pero era evidente que estaba enfadada conmigo. La hice señas para expresarle mi perplejidad, pero ella siguió gritando y señalando. Entonces, me di cuenta de que no me estaba señalando a mi, sino detrás de mi. Así que me di la vuelta, a tiempo para ver dos luces blancas y un enorme camión detrás de mí. Para cuando me di cuenta de lo que estaba pasando, ya era demasiado tarde. Creo que caí al suelo, y todo se fundió a negro.

Inspirado, no sé por qué, por esta canción:

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